TORREMOLONOS. MÁLAGA. Crónica de Manuel Alonso de la participación del Club Atletismo Sexitano en en la la XXX edición del Cross de Torremolinos.
Confesaré que no soy un gran chef pero sé algo de gastronomía gracias entre otros ingredientes a un espárrago verde, a un carpaccio rosadito con queso, las hamburguesas de Kobe y a los volcanes de morcilla que dejaban un inmejorable gusto en el paladar pese a ser ambos mecánicos elementos. Probé tartas de manzana con sabor a tarta de manzana sin ser tarta de manzana, peritas en dulce de regustos amargos, el té en tacita como siempre lo pide Víctor «Paraíso Tropical» y si hay que beber, nada mejor que las copas que no llevan nada dentro más que vino blanco (siempre que no se lleven la botella antes de acabarla…)
Manu, seis kilómetros y medio en un campo de Golf… ¡Hay que ir! (incauto de mi, me imaginé corriendo prácticamente encima de algodones de azúcar) Ayudó la nocturnidad y la alevosía que siempre acompaña a la oscuridad para que cuando uno retira el dorsal no percatarse que lo que se suponía que era un campo de Golf en realidad era un Pinar con innumerables pedrulos de un tamaño considerable. Visto el panorama en la línea de salida comprendí que los polos opuestos no se repelen y, al contrario que lo que nos habían dicho, se atraen y complementan.
El Cross fue bonito y muy competitivo a nivel popular, es decir, si excluyes a los primeros 25 – 30 clasificados, del 31 al 150 entramos todos a tropel en apenas 5 minutos de diferencia. Y ojo, habían más de 300 participantes apuntados y algo más de 700 entre todas las categorías.
Manu entraba a meta ocupando el puesto 31º en su Categoría y el 142º de la Clasificación General. El Speaker, muy profesional, se encargó de que todo el estadio del Palacio San Miguel (donde estaba situada la salida y la meta) se enterase de que había un corredor de Almuñécar; sin embargo Manu no pudo contar ningún chiste de Chiquito, le pudo la presión… Otra vez será!