Federico Molina Fajardo.- En 1974, un arqueólogo tras sus trabajos por los yacimientos arqueológicos de ciudades del Mediterráneo, se retira a descansar en su casa de Almuñécar. En aquellos años solamente se conocía el hallazgo casual de unas tumbas fenicias con ajuares de vasos de alabastro egipcios y cerámicas típicamente fenicias con motivo de la construcción en 1962 de unas casas para pescadores en la parte oriental del cerro de San Cristóbal, también llamado “China Gorda”, aterrazando la ladera E del cerro, comenzaron a aparecer una serie de tumbas. Al momento de la aparición se cometieron una serie de desmanes y apropiación de objetos por parte de los obreros y algunos extranjeros. En 1963 el arqueólogo Pellicer se responsabilizó de los trabajos, depositándose los materiales en el museo arqueológico provincial de Granada. El investigador le dio el nombre de necrópolis Laurita (esposa del Sr. Prieto Moreno). Este hecho dio la pista de la existencia en los alrededores de Almuñécar de una ciudad de época fenicia. Ahí quedó todo y no se volvió a investigar la existencia de la ciudad de Sexi.

En 1980 el arqueólogo nuevamente en su descanso veraniego fue informado que realizando trabajos de mejoras en el instituto Antigua Sexi había aparecido una posible tumba antigua. De aquí surgirá la dedicación total al estudio y búsqueda de las necrópolis de la ciudad fenicia de Ex o Sexi. El arqueólogo llegó a descubrir un cementerio fenicio-púnico de unas 180 tumbas. Este hallazgo fue el motivo de una dedicación casi exclusiva e investigación histórico-arqueológica. Dando conocimiento a la comunidad investigadora en Roma del excelente hallazgo, tan importante para la pequeña localidad de Almuñécar.

La relación del arqueólogo con Juan Carlos Benavides se inició con la adquisición de la finca del Naranjero en el Majuelo. Aquí surge la unión y cooperación de estas dos personas. El arqueólogo excava todo el terreno hallando una excelente factoría de salazones romana. El final será una mitad de dicha factoría dedicada a disfrutar de la vista arqueológica y la otra mitad a iniciar un excelente jardín que se convertirá en un magnífico parque para reposo de ciudadanos y extranjeros.
A continuación el arqueólogo se dedica a excavar una serie de bóvedas romanas, monumento único en España, y una vez finalizado el trabajo Benavides y el arqueólogo llegan a convertir dicho monumento en museo arqueológico con piezas de importancia internacional. Eliminada la Casa de Socorro se edifica en el solar una Casa de la Cultura con toda clase de servicios, como amplio teatro y cine, biblioteca, gimnasio, salas de conferencias y dependencias administrativas.

La actividad de Benavides, como Alcalde, realiza una ingente labor de transformar un pequeño pueblo en una ciudad monumental a través de la realización de obras importantes y necesarias como: cambiar las playas salvajes en unas excelentes playas y paseos marítimos en beneficio de los ciudadanos y variedad de extranjeros, amplias avenidas, fomentar la construcción de hoteles, adquisición del Palacete de La Najarra con su bello jardín, dedicando el monumento a la sede del Patronato Municipal de Turismo, en la planta baja, y en la superior de dos salones para recepción de personalidades.

Una operación de suma importancia de colaboración entre Benavides y el arqueólogo fue la restauración del Castillo de San Miguel, una vez trasladado el cementerio. Ha sido una auténtica obra de restauración de este monumento nacional desde casi su completo estado ruinoso hasta la rehabilitación actual. Hoy día se puede definir este trabajo realizado en la apreciación de una turista que a la salida de visitar el castillo reconocía que después de la Alhambra de Granada, el mejor monumento que había visitado era el castillo de Almuñécar.

No cabe duda que el resultado de restauración y su puesta en valor, ha sido una gran obra de las dos personas amantes de Almuñécar, llevándola a ser considerada una ciudad con toda clase de servicios, con grandes avenidas, paseos marítimos y monumentos como el de Abderramám I, el Labrador, monumento al agua, el Fenicio, etc., además de una amplísima muestra de obras en mármol de escultores sirios.

A través de estos dos hombres, se realizaron numerosos Encuentros Hispano-Árabes, donde se trató una amplia problemática mediterránea con personalidades de primera talla de los países ribereños.

Así pues, con lo expresado y mucho más, es de reconocer que la obra llevada a cabo por Juan Carlos Benavides Yanguas en compañía y colaboración del arqueólogo se puede resumir que hoy día a través de un arduo trabajo, han conseguido una verdadera ciudad monumental, con un potencial para atraer el turismo nacional e internacional que está conllevando un lanzamiento de nuevos puestos de trabajo, tanto en hostelería, turismo y el amplio desarrollo urbanístico correspondiente a una gran ciudad.

Federico Molina Fajardo
Arqueólogo